Si estás buscando información sobre cuáles son los mejores ejercicios para las varices, has llegado a la página indicada. Tengo una completa guía sobre los mejores ejercicios. ¡Vamos allá!
Tabla de contenidos
Ejercicios para prevenir las varices
Antes que nada, debo decir que no conviene esperar hasta que las varices aparezcan para ponerse a hacer ejercicio. La mejor manera de que no llegamos a tener problemas de varices es prevenir a base de vida activa y ejercicios específicos.
El simple hecho de salir a andar con cierta regularidad es uno de los mejores ejercicios que se puede hacer, ya que favorece el retorno venoso de las piernas durante todo el paseo y además de los efectos beneficiosos adicionales sobre tu sistema cardiovascular.
Recuerda que el movimiento de tus músculos comprime las venas y favorecen el movimiento de sangre hacia el corazón, por ello si realizas actividad física aeróbica (como caminata, trote, ciclismo, natación, etc) por al menos 20 o 30 minutos diariamente mejorará significatimante tu circulación, y ¡te ayudará a bajar de peso!. Sin embargo, recuerda asistir a tu médico antes de iniciar cualquier rutina de ejercicio, especialmente si sufres de enfermedades cardíacas, hipertensión o problemas en tus articulaciones.
Asimismo existen una serie de ejercicios que podemos hacer con cierta frecuencia para intentar prevenir las varices. Por ejemplo, nos podemos tumbar en la cama, estirados, y eleva cada pierna y manténlas allí por algunos segundos. Realiza varios ciclos diariamente y verás que la pesadez e hinchazón de tus piernas se reducirá.
Otro buen ejercicio es, en esa misma posición, pedalear a una velocidad moderada. Esto es aún mejor si lo hacemos cogiendo una bicicleta de verdad, que es una excelente manera de mantener un adecuado drenaje venoso en tus piernas.
Salgamos de la cama: más ejercicios para las varices
Aunque los ejercicios preventivos que hemos visto son muy saludables, pueden no ser suficientes para mucha gente, bien sea por su condición física y/o edad, por lo que es necesario ampliar ese repertorio.
Para ello debemos salir de la cama y hacer ejercicios como los que explico ahora:
- Flexiones de pie: sentados en una silla, no hay más que levantar la punta del pie intentando acercarnos lo más posible a la espinilla, haciéndolo con suavidad y con varias repeticiones.
- Flexión inversa: en la misma posición, ahora se trata de hacer el movimiento contrario. Se levanta el talón del pie mientras se mantiene la punta en el suelo, ejercitando la zona del gemelo en la que se suelen acumular muchas varices a lo largo del tiempo.
- Separación de piernas: seguimos sentados en la silla. Las piernas se separan a la altura de los hombros, y lo que se hace es mover la punta del pie alternativamente hacia dentro y hacia fuera, juntándolas y separándolas, durante 20 repeticiones aproximadamente.
- Tijeras: tumbados en una alfombrilla de ejercicios o similar, aquí se elevan las piernas a unos 45 grados y se hace el movimiento de una tijera, alternando la pierna que queda arriba y la que queda abajo.
Cuando las varices ya han llegado: ejercicios para intentar reducirlas
Los ejercicios que hemos mencionado, no solo ayudan a prevenirlas sino a evitar su progresión, cuando éstas ya han aparecido. Sin embargo, estos ejercicios adicionales podrían ser beneficiosos para tí.
- Círculos en pie: estando de pie, nos quedamos apoyados en una pierna, y levantamos un poco la otra, haciendo con ella círculos pequeños en el aire. Hay que tener la punta del pie siempre estirada, y hacer unas 20 repeticiones con cada pierna, con descanso entre ellas.
- Estirar los dedos de los pies: se trata de un tipo de ejercicio de motricidad fina, en el que nos ponemos tumbados y con el dedo pulgar del pie hacemos movimientos hacia detrás y hacia delante, alternándolos con ambos pies.
Andar de puntillas: es un ejercicio muy bueno, dado a que mientras haces estos movimientos contraes activamente los músculos gemelos -principal músculo de tu pantorrilla-. Conviene hacerlo regularmente, con lo que el cuerpo se acostumbra a ello y los efectos son muy positivos sobre la circulación.
La piscina: una gran aliada
Si hay algo que puede ayudar enormemente a mejorar la circulación, es nadar.
La propia posición de la natación es muy ventajosa para tratar de mejorar las varices, ya que consigue que se haga ejercicio mientras estamos en una posición horizontal, evitando la acumulación de sangre que se produce por el mal funcionamiento de las venas de las piernas.
Además, se pueden imitar los ejercicios que he aconsejado para hacer en casa sentados, siempre y cuando el tipo de piscina en el que se esté permita poder sentarse en la escalera, con los pies en el agua.
Dentro de la piscina, donde hagamos pie, un buen ejercicio es tratar de escalar la pared como si estuviésemos subiendo por unas escaleras. También se puede, con la espalda apoyada en la pared, levantar alternativamente una y otra pierna hasta la cintura.
Otro ejercicio interesante es el de cogerse del borde de la piscina y apoyar las plantas de los pies en la pared de esta. Sin soltarse de las manos, se va empujando con los pies hasta tener las piernas estiradas, durante unas 15 repeticiones más o menos.
Como puedes ver, estos ejercicios para las varices son una buena forma para ayudar a reducir la presencia de esas antiestéticas venas en las piernas y en otras partes del cuerpo. Sin embargo, recuerda asistir a tu médico antes de iniciar cualquier rutina de ejercicio, especialmente si eres mayor de 50 años o haz sufrido alguna afección cardíaca.
Recursos bibliográficos del artículo
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